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En pleno siglo XXI, cuando las instituciones deben ser modelo de respeto a la Patria, siguen ondeando impunemente banderas raídas, descoloridas y desfiguradas en plazas públicas, instituciones oficiales e incluso monumentos de alto valor simbólico como el Faro a Colón. ¿Dónde están los responsables? ¿Dónde está el respeto?
Desde el año 2019, la Ley 210-19 establece con claridad meridiana lo que constituye una irreverencia contra los símbolos patrios. El artículo 24 de esta ley tipifica como faltas, entre otras cosas, el uso de banderas rotas o deterioradas, colores diferentes a los establecidos por la Constitución, o escudos mal colocados. No hay excusas ni justificaciones. El funcionario público o encargado directo que permita esto incurre en responsabilidad penal.
Y no se trata solo de una advertencia retórica. El artículo 38 impone penas de quince a treinta días de prisión y multas de hasta cinco salarios mínimos del sector público a quienes desacaten la dignidad de nuestros símbolos. El artículo 20, por su parte, responsabiliza directamente a los encargados de ministerios, direcciones, dependencias, oficinas, monumentos y plazas públicas. Está claro: nadie puede alegar ignorancia.
Los símbolos patrios no son ornamentos decorativos. Son expresión de soberanía, historia y sacrificio. Quien los descuida, desprecia a la nación. Y lo más grave es que el deterioro no es solo de tela o pintura… es moral.
Desde el Defensor del Pueblo, a través del programa “El Costo de una Patria” y más recientemente el conversatorio “El Costo de la Democracia”, hemos insistido en que la conciencia ciudadana comienza con el respeto a lo esencial: nuestros símbolos. Por eso, exhortamos a los funcionarios y directivos institucionales a ponerse al día, a instruirse, a pedir ayuda si es necesario. Una llamada al Instituto Duartiano, encabezado por el Magistrado Wilson Gómez Ramírez, puede marcar la diferencia.
Hoy les hacemos una exhortación. Mañana, serán las consecuencias. Están advertidos.
Por la Redacción de SinFronterasDigital.com
Santo Domingo, 12 de julio de 2025
