En audio
|
Por Darío Nin
Hay emociones que gritan y otras que susurran.
La tristeza es de las que más callan… pero no por eso duelen menos.
Estarás de acuerdo conmigo sobre que cada día vemos a personas(sin que necesariamente nos excluyamos) que, aunque ríen, tienen el alma apagada. Gente que trabaja, estudia, sirve, cuida, se esfuerza… pero que por dentro arrastra un silencio emocional difícil de nombrar. La tristeza no siempre es llanto. A veces es apatía, desánimo, falta de interés por lo que antes nos entusiasmaba. A veces es ese vacío que no sabemos de dónde viene, pero que se queda ahí.
La tristeza no es enemiga. Es una emoción humana, válida, incluso necesaria en determinados momentos. El problema surge cuando se instala sin aviso, cuando no sabemos gestionarla, cuando nos impide disfrutar la vida como podríamos hacerlo.
Y ahí comienza el verdadero reto: ¿cómo identificarla, gestionarla y transformarla en algo mejor?
Desde hace años, venimos trabajando programas de formación emocional con impacto comprobado en entornos escolares, empresariales y comunitarios. Hoy, más que nunca, es urgente educar nuestras emociones, y entre ellas, la tristeza merece un lugar especial. Ignorarla es un lujo que no podemos darnos.
Por eso hemos creado el taller “Identificando y viviendo mis emociones”, una experiencia transformadora que parte del reconocimiento de nuestros estados emocionales para ayudarnos a manejarlos con inteligencia, amor propio y estrategias prácticas.
Hacemos un llamado respetuoso —y a la vez firme— a los responsables de formar y cuidar a otros: gerentes de recursos humanos, directores de centros educativos, líderes comunitarios y sociales, a que consideren seriamente la implementación de este taller en sus espacios.
No se trata de una moda, sino de una necesidad.
Estamos disponibles para compartir esta herramienta con docentes, discentes, servidores públicos o empleados del sector privado que, como todos, están hechos de emociones y merecen vivirlas con plenitud y salud emocional.
Contáctenos. No para que llenemos una agenda. Sino para que juntos vaciemos cargas emocionales que muchos arrastran… sin saberlo. Nos volveremos a ver en el camino. Hasta la próxima. Que Dios nos continúe bendiciendo!!!
Una canción espejo:
Letra de la Canción: “Lloro para Sanar”
Verso 1
Hoy me duele el alma y no sé por qué, se me nublan los días, me cuesta creer. No hay risa en mi pecho, ni prisa en mi andar, solo el eco de un sueño que ya no está.
Oro Y lloro… para sanar, cada lágrima es un paso al caminar. No soy menos por sentir, soy humano, y eso me hace resistir.
Verso 2 No me digas “ya pasó”, no lo entiendes aún, lo que sangra por dentro no sana sin luz. Solo escúchame en silencio, déjame llorar, que en esta tristeza… también hay dignidad
Darío Nin. Autor es Psicólogo Clínico. MA. Terapia de Parejas.