Así nació el Derecho Internacional Humanitario (DIH)

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Por Darío Nin. (*)

El Derecho Internacional Humanitario (DIH) también conocido como derecho de la guerra (jus in bello) constituye el conjunto de normas y principios que regulan la conducta de las partes en conflictos armados.

Su finalidad es limitar los efectos de la hostilidad para proteger a quienes no participan en las operaciones militares (civiles, heridos, náufragos y prisioneros) y para restringir los medios y métodos de combate.

Esta entrega explora cómo y por qué nació el DIH, cuáles fueron sus primeros pasos y cuáles son sus principios fundamentales.

1. El origen humanitario: Solferino y Henry Dunant En junio de 1859, el campo de batalla de Solferino (Italia) fue escenario de una cruenta confrontación entre el ejército franco-sardo y las tropas austriacas.

La magnitud de la carnicería y la indiferencia ante el sufrimiento de miles de heridos conmovieron al comerciante suizo Henri Dunant. Tras dedicar horas a la atención espontánea de los militares heridos, Dunant publicó unos tres años después  (1862) su obra Un souvenir de Solferino, donde propuso la creación de sociedades voluntarias de socorro y la codificación de reglas mínimas para el trato a los heridos.

2. La Primera Convención de Ginebra (1864) Inspirados por Dunant y bajo el auspicio de la recién fundada Cruz Roja, doce Estados europeos suscribieron el 22 de agosto de 1864, la Primera Convención de Ginebra, cuyas disposiciones más trascendentes fueron:

  • Neutralidad y protección del personal sanitario: Médicos, enfermeras y ambulancias debían ser respetados incluso en territorio enemigo.
  • Atención sin distinción: Toda persona herida recibía asistencia sin discriminación de nacionalidad o bando.
  • Emblema distintivo: Se estableció el uso del emblema de la cruz roja sobre fondo blanco como señal de protección.

Con apenas diez artículos, esta Convención sentó las bases del DIH moderno, introduciendo el principio de humanidad como límite al uso de la fuerza.

3. Evolución y ampliación de las normas A finales del siglo XIX y principios del XX, el DIH creció mediante los Convenios de La Haya (1899 y 1907), que regularon los métodos y medios de guerra, y mediante revisiones sucesivas de la Convención de Ginebra (1906 y 1929). Sin embargo, fue tras la Segunda Guerra Mundial cuando se consolidó:

  • Convenios de Ginebra de 1949: Cuatro tratados que protegen a los heridos y enfermos de ejércitos en campaña, a los náufragos, a los prisioneros de guerra y a la población civil.
  • Protocolos Adicionales I y II (1977): Extienden la protección a conflictos internacionales y a conflictos armados no internacionales.
  • Estatuto de Roma (1998): Crea la Corte Penal Internacional para juzgar crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio.

4. Principios fundamentales del DIH El DIH descansa sobre cuatro principios cardinales:

  • Distinción: Separar a combatientes de civiles y a objetivos militares de bienes civiles.
  • Proporcionalidad: Evitar ataques que causen daños excesivos a la población civil en relación con la ventaja militar concreta.
  • Necesidad militar: Limitar los ataques a aquellos requeridos para lograr un objetivo militar legítimo.
  • Humanidad: Prohibir sufrimientos innecesarios, tortura o tratos crueles.

Estos principios configuran el marco ético y jurídico que deben observar las partes en conflicto.

5. Retos contemporáneos En la era de las “nuevas guerras” y las tecnologías avanzadas, el DIH enfrenta desafíos:

  • Guerras asimétricas y terrorismo: Combatientes irregulares que se mezclan con civiles dificultan la aplicación de la distinción.
  • Ciberguerra: Falta de normas específicas para ataques informáticos contra infraestructuras críticas y civiles.
  • Drones y sistemas autónomos: La máquina toma decisiones letales, generando dudas sobre responsabilidad y proporcionalidad.
  • Armas químicas y biológicas: Con  Difícil rastreo y control de agentes que pueden causar daños indiscriminados.

Frente a estos retos, la comunidad internacional trabaja en la adaptación y fortalecimiento del DIH, reafirmando su vigencia y su misión humanitaria.

 En Conclusión El Derecho Internacional Humanitario nació de la convicción de que, incluso en la guerra, la dignidad humana debe ser respetada. Desde el sufrimiento de Solferino hasta los convenios y protocolos vigentes, el DIH ha evolucionado para ofrecer un resguardo imprescindible a las víctimas de los conflictos armados. Hoy, su cumplimiento no solo es una obligación legal, sino un imperativo moral que define nuestra humanidad.

Nos volveremos a ver en el camino Hasta la próxima. Que Dios nos continúe bendiciendo.

(*) El Autor es Abogado, Psicólogo Clínico, Especialidad EN DDHH Y DIH. Actualmente se Desempeña como Segundo Adjunto del Defensor del Pueblo de la República Dominicana.

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