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Por Joaquin Núñez
La tesis del evangelio de San Lucas es la que Jesús nos dice al final: “ningún siervo puede servir a dos amos”, “no podemos servir a Dios y al dinero”. Lo importante es decidir qué camino tomamos para nuestra vida.
Ya el Señor nos advierte, en Mt.10,16, que “seamos astutos como serpientes y cándidos como palomas”, para ser inteligentes y “ganar amigos con el dinero injusto , para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas”.
San Lucas es quien, en Los Hechos de los Apóstoles, nos trae un hecho inédito de Simón el Mago, quien al ver a Pedro y Juan, al llegar a Samaria que imponían sus manos y la gente recibía el Espíritu Santo, Simón intentó comprar ese poder con dinero. Pero el más claro es de “Ananías, que junto con Safira, su esposa, vendió un terreno” al quedarse parte de la venta mintiendo y pasando por generoso “Pedro dijo: ¿Porque se te ocurrió hacer esto? …no has mentido a los hombres sino a Dios. Cientos de casos, conoceríamos de dinero injusto y sacrílego o dinero para comprar buena imagen en nuestra comunidad.
San Agustín nos comenta este texto: podríamos decir que por medio de las riquezas terrenas debemos conseguir las verdaderas y eternas. En efecto, si existen personas dispuestas a todo tipo de injusticias con tal de obtener un bienestar, siempre aleatorio, !Cuanto más nosotros, los cristianos, deberíamos preocuparnos de proveer a nuestra felicidad eterna con los bienes de esta tierra (Discursos 359,10)
¿Que nos quiere decir Jesús con esta parábola?. El Papa Benedicto XVI decía que la vida es siempre una opción, libre, entre honradez e injusticia, entre fidelidad e infidelidad, entre egoísmo y altruismo, entre bien o mal. La frase de Jesús, como os he dicho antes, es tajante, “No podéis servir a Dios y al dinero”. No podemos servir a Dios y al becerro de oro.
Creo que la vida no se nos presenta con esa radicalidad, pero Lucas necesita educar, y hoy también nosotros, su comunidad, antes que se corrompa y viva, vivamos, convirtiendo la fe en un credo, y no en una vida con Cristo. Existe la lógica de la ganancia, del lucro como criterio último de nuestra actividad, o la lógica del compartir y de la solidaridad, en la medida de nuestras posibilidades, en verdad, sin la mentira de Ananías. En la lógica de la ganancia aumenta la desproporción entre pobres y ricos, así como una explotación dañina del Planeta.
El cristiano debe rechazar la lógica de la ganancia, como norma única y excluyente. Lo ha de rechazar abriendo el corazón a sentimientos de generosidad que se manifiesta en un amor sincero a todos.
Por eso, siempre será objeto de nuestra oración sincera, no podemos optar por uno u otro camino sin ser acampados por el Espíritu Santo, es el que nos da su fuerza y alegría.
La Virgen de todas las Gracias llene nuestro corazón y nos de su Buen Consejo
Feliz domingo a todos y todas que queremos servir a Dios con todo corazón. Que el Señor nos bendiga.
El prior de la Sangre.
El comentario semanal de Ximo. SFD18982025
Saludos.
